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Nunca lo habíamos tenido tan cerca como hoy, pero se nos sigue resistiendo. Carlos Mortensen se tiene que conformar con la 10ª posición, quedándose a solo un paso de la mesa final del Main Event de las WSOP. ¡Qué pena!
Anoche llegaba a la sala Amazon del Rio el punto más álgido de Main Event de las WSOP. Con solo 27 aspirantes todavía con opciones colocados en tres mesas, se jugaría tantas horas como fueran necesarias para dejar en pie únicamente a 9 supervivientes, los 9 que el siguiente mes de noviembre se jueguen en la mesa final el título de campeón del mundo.
El única representante español todavía con opciones, Carlos Mortensen intentaría luchar por ocupar un asiento en esa mesa final, comenzando el día por encima de las 60 ciegas, con un stack que rondaba los 11.000.000 de puntos, el sexto clasificado provisionalmente.
Aparentemente su mesa no estaba la peor de todas. Evitaba enfrentamientos con jugadores tan peligrosos como J.C. Tran o Yevgeniy Timoshenko, aunque debería lidiar con Chris Lindh, el tercer clasificado provisionalmente que tenía un stack de casi tres millones más que el español.
Por su parte, en otra de las mesas, Steve Gee, el único finalista del año pasado todavía con opciones, intentaba la "machada" de volver a colarse en ese selecto grupo apodado como el November Nine. No sería tarea sencilla. Como ya sucediera en jornadas anteriores, Gee comenzaba el día con un stack muy corto respecto a sus rivales, pero día tras días se lo montaba de modo y manera para sobrevivir a una jornada más. Pero esta vez su suerte no dio más de si.
Steve Gee fue uno de los primeros jugadores en caer eliminados en el día de hoy. Se tuvo que conformar con la 24ª posición, llevándose un premio de 285.408$, tras caer en las garras del por entonces líder del torneo, el alemán Anton Morgersten. Aún y así, mucho mérito lo conseguido por Gee menos de 365 días posterior pisar toda una mesa final del Main Event.
Steve Gee tenía claro que hoy acabaría en la grada
Misma suerte que el americano, fueron corriendo jugadores de la talla de Yevgeniy Timoshenko (a quien anoche no le salió absolutamente nada), Clement Tripodi o Maxx Coleman, anterior que llegara la eliminación de Anton Morgenstern, quien arrancaba el día como líder destacado, con sus miras puestas en el mes de noviembre.
Pero ya hemos dicho en más de una ocasión que este torneo es implacable. Si te confías, pierdes, y esto no hace más que refrendar esta teoría. El alemán dobló hasta en dos ocasiones a Mark Newhouse y pasó del liderato a la cola del pelotón, para acabar cayendo poco después en 20ª posición.
Por entonces las cosas no le iban demasiado bien a nuestro representante. Carlos estuvo nivel y medio completamente card-dead, lo que le hizo perder puntos de forma paulatina. Intentó algún movimiento, es cierto, pero en casi ninguna ocasión fue capaz de llevarse los botes medios que el español decidía construir.
Además, se entró en una dinámica en la que nadie era capaz de eliminar a nadie. Hasta en 10 ocasiones se escuchó eso de "all-in y call", pero por mucho que se intentaba, los jugadores más cortos en fichas siempre salían airosos de esa situación. Esto hizo que Carlos se lamentara un poco de no encontrar spots de dónde arañar fichas, aunque se consolaba pensando que todavía seguía en la pelea, cuando quedaban 18 jugadores y se iban a tomar un respiro en el break de la cena.
En la reanudación la tendencia cambió, y las eliminaciones llegaron con mayor celeridad. El checo Jan Nakadal fue el primero, justo anterior que llegara el turno al argentino Fabián Ortiz.
El jugador gaucho no pudo alargar más su suerte. Empezó bien, es cierto, escalando hasta los 12 millones de puntos en los compases iniciales, pero no es menos verdad que su mesa era un auténtico infierno, cargada de puntos y con jugadores tan peligrosos como J.C Tran. Precisamente fue éste el que le asestó el golpe definitivo.
En un board el argentino quiso farolear por todo su stack, sabedor de que necesitaba esa inyección de puntos si quería seguir peleando por el torneo. A Tran, un jugador muy experimentado, esa apuesta no le olió bien, y decidió pagar con su lo que le daba segunda pareja de mesa, suficiente para mandar a Fabián directo a Argentina, quien no tenía más que . Se conformaba así con la 17ª posición y un premio de 357.665$.
Una de las últimas veces que Fabián agarraría fichas.
Tras la pérdida del argentino Fabián Ortiz, el torneo se iba quedando sin otras nacionalidades representadas. Brasil en la persona de Bruno Kawauti, Italia en la de Sergio Casteluccio o Canadá en la de Alexander Livingston, aunque todavía quedaba otro canadiense en competición, Marc McLaughlin.
La "torzida" se quedó huérfana más pronto de lo que hubieran querido.
El torneo entraba entonces en su fase más caliente. Cualquier error se pagaría carísimo, con la eliminación de hecho, y nadie quería ser uno de los que se quedara a las puertas de la mesa final. Fue por ello por lo que a partir de ese momento, se midió con especial mimo y cariño, cada ficha que acababa en la base de la mesa, viniese de quien viniese.
A falta de 12 jugadores, Carlos Mortensen ocupaba la parte medio-baja de la tabla, sin conseguir despegar de los 10 millones de puntos, llegándose a jugar alguna mano por todo su stack contra el líder de entonces, el francés Sylvain Loosli, quien estaba siendo un auténtico martillo en su mesa. Era momento de encomendarse al "Método Mortensen".
Pero las cartas no acababan de acompañar. Cada vez que Carlos intentaba un movimiento, se encontraba a un short-stack por detrás que le hacía la vida imposible, como le ocurrió con Ryan Riess en más de una ocasión. Mortensen no estaba capaz de poner en riesgo su stack con el naipe que le estaban dando, lo que le hizo perder puntos poco a poco, hasta debatirse entre las 22-27 ciegas, ¡o incluso menos! Tras perder un nuevo bote, Carlos se convertía en el short-stack de la mesa con menos de 20 ciegas grandes.
No eran momentos para el optimismo.
Al mismo tiempo que Carlos le plantaba algo de cara al francés, Rep Porter, otro de los short-stacks de la mesa principal, se jugaba su resto con y Ryan Riess, quien había abierto el bote desde el cutoff, no lo dudó demasiado para pagar con . El flip estaba servido y mantuvo su incertidumbre hasta llegar al river. El board trajo cayendo la mano del lado de Riess. De esta forma, Rep Porter dejaba el torneo con solo 11 jugadores.
Con esta eliminación se llegaba a un nuevo break, anterior que comenzara el nivel 34. Carlos Mortensen aprovechaba la ocasión para intercambiar unas palabras con Phil Hellmuth y Erik Lindgren, quienes a falta de rail español, se presentaron en la Amazon para mostrar su apoyo al jugador español.
Foto en el Twitter @WhoJedi
Como si este apretón de manos hubiera traspasado algo del "karma" de Hellmuth en las WSOP, justo al reanudar la acción en el nivel 34, Carlos Mortensen conseguía llevarse un bote la valuación de Ryan Riess defendiendo su ciega grande con y conectando dobles parejas en el river con una milagrosa. Su stack crecía hasta los 12 millones, viendo como tenía tres jugadores más cortos que él.
Mejor se ponían las cosas cuando, con Mark Newhouse muy muy corto, J.C. Tran se llevaba por delante a Matt Reed en una guerra de botón contra ciega grande. Llegaba así el momento de unificar a los diez supervivientes en una única mesa, en busca del "bubble-boy" de la mesa final.
Todas las papeletas y las miradas estaban centradas en Mark Newhouse. Empezaba esta mesa 10-handed con 6 ciegas aunque no tardó en doblarse a costa el francés Sylvain Loosli, algo que no hizo especial gracia a sus rivales, obviamente. Newhouse todavía tendría que vender muy cara su derrota.
Y lo hizo, sin duda. Dio todo un recital de juego con pocas fichas, al mismo tiempo que Carlos perdia todo el fuelle que había cogido en compases anteriores. Sus rivales cogían fichas, plantaban cara a los stacks más fuertes pero a él seguían sin salirle las cosas. Los más pesimistas se empezaban a oler lo que finalmente pasaría. ¡Carlos Mortensen caería en su camino hacia el November Nine!
Así fue. No lo queríamos creer pero la realidad fue que tras un par de movimientos desafortunados, el stack de Carlos se quedó en solo 16 ciegas, momento en el que llegó la mano que explotó la burbuja de mesa final.
En ella se midieron dos más que conocidos. Carlos Mortensen y J.C. Tran. J.C Tran y Carlos Mortensen.
El español fue quien abrió la acción desde el cutoff a 800.000 puntos y Tran quien defendió su ciega grande con un stack enorme. En un flop Tran se quedó al check /call ante la apuesta de 800.000 puntos de Carlos. Con el turn descubierto en forma de , fue Tran quien puso all-in a Carlos, y el español el que decidió pagar con su proyecto de tréboles que le daba su mientras que Tran había conectado escalera con .
Nada que hacer. El truncaba nuestras esperanzas y la de tantos españoles que siguieron las andanzas de Carlos Mortensen mediante nuestra cobertura en directo.
Al finalizar el día Carlos nos contaba sus impresiones.
Con la eliminación de Carlos en 10ª posición (con un premio de 573.204$) se confirmaba la identidad de los November Nine. Estos serán sus stacks en noviembre.
J.C Tran | 38.000.000 |
Amir Lehavot | 29.700.000 |
Marc McLaughlin | 26.225.000 |
Jay Farber | 25.975.000 |
Ryan Riess | 25.875.000 |
Sylvain Loosli | 19.600.000 |
Michiel Brummelhuis | 11.275.000 |
Mark Newhouse | 7.350.000 |
David Benefield | 6.375.000 |
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